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«La escritura es la pintura de la voz.» 

Voltaire. 

Arte en Cuarentena

Algunas personas consideran que el encierro es malo, te produce tristeza, soledad, y en el peor de los casos depresión, sin embargo, a causa de esta pandemia que estamos viviendo debemos seguir las indicaciones y cuidarnos lo mejor posible.  Sí analizamos bien esta situación observamos que no es del todo malo: podemos tener un acercamiento con el arte y tener la libertad que este nos permite para expresarnos, reflexionar, disfrutar, olvidarnos del encierro y hasta descubrir algunos talentos que poseemos y desconocíamos, porque la mayoría de las veces vivimos en la rutina, no apreciamos lo que tenemos, ni lo que nos rodea y que mejor manera que aprovechar el encierro para compartir nuestros talentos con los demás.

Cura musical

Como la mayoría de las personas sabe el arte es cualquier actividad o producto del ser humano con una finalidad estética y comunicativa, que expresa ideas, valores, emociones, sentimientos y una visión o experiencia del mundo.

La música, de manera más evidente que en otras artes, muestra la sustracción u ocultamiento que el ser del arte presenta para el hombre:

“Todo esto sobresale cuando la obra se retrae a lo macizo y pesado de la piedra… en el sonar del sonido… Llamamos tierra a lo que la obra se retrae y a lo que hace sobresalir en este retraerse… La obra hace a la tierra ser una tierra”.

Heidegger 2005c: 77.

La pieza musical es la suma de los trazos distintivos que permiten distinguir una pieza como hecho único y específico, como unidad que preside a las ocurrencias concretas de la misma. Si la pieza musical puede justamente ser pensada como un ente, una entidad, la obra es el ser de ese ente:

“Al ser de la obra pertenece el establecimiento de un mundo”.


Heidegger 2005c: 76.

Es por ello que cuando componemos, ejecutamos o escuchamos una obra musical se correlaciona una serie de procesos físicos, fisiológicos y sociales que, al interactuar con nuestra experiencia y nuestro estado emocional, pueden evocar recuerdos pasados, transportarnos a un mundo imaginario, hacernos reflexionar, introducirnos en un estado de conciencia diferente o simplemente deleitarnos con el entrelazamiento de sonidos y silencio.

Por tal motivo, en Barcelona, el pianista Alberto Getoso y su compañero Román Santana, decidieron solidarizarse con sus vecinos y compartirles un poco de su talento. Fue con “Comptine d’un autre ete” del compositor: Yann Tiersenque comenzaron a tocar en el balcón de su apartamento. Tras este agradable momento el saxofonista Alexanter Lebron se unió a la causa y acompañó al pianista desde su balcón para respetar las medidas de prevención contra el virus.

Dicho espectáculo provocó que los vecinos de los músicos se olvidaran un poco de su encierro y la crisis, haciéndoles pasar un rato ameno que agradecieron con aplausos.

Pandemia a través del lente

Aunque la fotografía produce sus propias leyes y no depende de las opiniones de los críticos de arte; sus leyes constituyen la única medida válida de sus futuros valores. Los fotógrafos han ido tomando conciencia de las posibilidades estéticas novedosas de su medio expresivo y de su valor social.

La fotografía son partículas discretas que como las palabras quedan suspendidas en un lenguaje, el verdadero medio. Unidas a titulares y editoriales, declaraciones y notas de agencia, las fotografías son parte esencial del lenguaje público. Trenzadas con ecuaciones, gráficas y tecnicismos, conforman también el lenguaje científico.   Enmarcadas y colgadas en un museo o galería, cotizadas en el mercado y alabadas por un crítico de moda, siendo arte.

El fotógrafo estadounidense Stephen Shore director del departamento de fotografía del Bard College en Massachusetts, pionero en el uso de la fotografía a color y conocido por sus inexpresivas imágenes, escenas banales y objetos sobre los Estados Unidos, a través de su cuenta de Instagram compartió algunas imágenes que ha estado captando desde el inicio de la pandemia, las cuales nos muestran algunas actividades que realiza con su mascota, la soledad de las calles de su vecindario, la tranquilidad y belleza de la naturaleza, comparte algunas tomas donde se observa las medidas sanitarias impuestas, la tranquilidad, paz y armonía que se necesitan en algunas ocasiones para encontrarse con uno mismo.

Manteniendo la Danza

Para algunos lo que hace que una obra humana pueda ser considerada como arte es la belleza. A la vez, notemos que, sea cual sea la naturaleza de lo bello, reconocemos muchas cosas como bellas sin que, en principio, sean obras humanas. Por ejemplo, el atardecer o el arco iris.

El asunto es qué condiciones deben darse para que algo sea bello. Para algunos, como Platón, la belleza es una cualidad sustantiva, presente en la obra misma, y que puede ser reconocida de manera objetiva y universal.

En general las discusiones internas de esta “estética de lo bello” tienen que ver con que, si la belleza está más en el objeto o más bien en el acto de captar del sujeto y, de manera correspondiente, si es más objetiva y universal o es más bien subjetiva y sólo puede darse en la experiencia particular.

Lo que constituye a una obra de arte es el hecho de que exprese la subjetividad humana, idea a la cual puede llamársela estética de la expresión. En esta idea el arte es esencialmente un modo de comunicación y la obra alcanza su objetivo profundo cuando logra decir algo. Tal como en la estética de lo bello se tiende a poner el énfasis en las cualidades de la obra, acá el eje se desplaza a la relación entre el autor y la obra, al modo en que el autor está presente en ella.

La dinámica corporal de la danza está siempre abierta a plasmar nuevos sentidos, que revelan los sentimientos humanos. Lo esencial, dice Fidel Sepúlveda, en su ensayo “El ballet”, “es que el dinamismo se concreta en materia, materia que acosada de nostalgia se pone en marcha y no descansa hasta reencontrar y reeditar en sí el origen, o sea, el pensamiento, el espíritu”.

Es por ello que la profesora Miriam Frederick creo la plataforma American Royal Ballet, donde da clases a sus estudiantes y a las personas que deseen aprender este arte, con el objetivo de despejar la mente y hacer que más personas se unan a realizar alguna actividad que los beneficie durante la cuarentena.

Otros bailarines que extrañan la audiencia son los integrantes del Teatro Mikhailovsky una de las casas de ópera y ballet más antiguas de Rusia, quienes realizaron un video que nombraron «Ballet de autoaislamiento» donde llevan a cabo sus rutinas habituales mientras bailan con gracia la música clásica para mantenerse en buena forma mientras están encerrados y realizar algunos movimientos de baile, con esto demuestran que nada puede interponerse en el camino del verdadero arte.

https://www.msn.com/es-mx/viajes/ideas-de-viajes/bailarines-rusos-lanzan-el-ballet-del-autoaislamiento/vp-BB12kYbX

Con todo esto podemos decir que el arte siempre es bueno para relajar, unir, hacer disfrutar a las personas y generarles reflexión, siempre es bueno darle un respiro al mundo, a la ciudad, a la rutina y que mejor forma de hacerlo que con arte.

Bibliografía:

  • Heidegger, Martín 2005a “El origen de la obra de arte”, Arte y Poesía. Traducción Samuel Ramos. Edición original, Der Ursprung des Kunstwerkes, 1952-1980. Primera edición en español 1958. Duodécima reimpresión. México: Ed. Breviarios del Fondo de Cultura Económica México, pp. 37-123
  • Sepúlveda, Fidel. (1971). El ballet. Aisthesis 6: 80.

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